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Pueblos de España que no te puedes perder: Peñaranda de Duero, Burgos
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Una Ciudad Medieval Llena de Historia y Encanto
Ubicada en un estratégico punto de encuentro entre el río Arandilla y la fértil vega del Duero, se encuentra Peñaranda, una encantadora ciudad con una rica historia. Su nombre, que significa “ciudad de la peña y el río”, hace referencia a su ubicación en la cima de una colina, brindándole un carácter defensivo.
La historia de Peñaranda se remonta al siglo X, cuando la frontera cristiana llegó al río Duero y se repoblaron las áreas circundantes. Aunque se mencionó por primera vez alrededor del año 1000 como una plaza fuerte defensiva, su importancia creció con el paso de los siglos. En el siglo XIV, Fernando IV entregó la villa a Fernán Ruiz de Amaya, quien la vendió al infante Don Pedro, hijo de Sancho IV. Durante el reinado de Alfonso XI, la villa quedó vinculada a la familia Avellaneda, Condes de Miranda, quienes contribuyeron al enriquecimiento de la ciudad mediante la construcción de importantes obras arquitectónicas.
Peñaranda es una joya histórica con un casco medieval bien conservado que combina la belleza arquitectónica con un rico patrimonio cultural. Sus calles adoquinadas, sus impresionantes edificios y su encanto medieval hacen de esta ciudad un lugar fascinante para explorar y sumergirse en su historia.
El Palacio de los Condes de Miranda (Avellaneda): Una Joya del Renacimiento Español
El Palacio de los Condes de Miranda, construido a principios del siglo XVI, es una verdadera obra maestra del renacimiento español. Ubicado en la Plaza Mayor, este magnífico palacio fue encargado por el Tercer Conde de Miranda, Don Francisco de Zúñiga y Avellaneda, al renombrado arquitecto Francisco de Colonia. Es un conjunto impresionante de fachadas, un hermoso patio central, una elegante escalinata y salones decorados con ricos artesonados y yeserías.
La portada plateresca del palacio exhibe el escudo de los Zúñiga entre tenantes, añadiendo un toque de nobleza a su diseño. En su interior, alrededor del patio central, se encuentran habitaciones bellamente decoradas, como el Salón de Embajadores. Este salón destaca por su imponente chimenea de estuco, sobre la cual se abre una tribuna cerrada con celosía, brindando un ambiente único y sofisticado.
El Palacio de los Condes de Miranda es atribuido al círculo de Nicolás de Vergara, un destacado arquitecto de la época. Sus detalles arquitectónicos, como las arquerías góticas, mudéjares y renacentistas, así como los exquisitos artesonados y yeserías, demuestran la habilidad y maestría de los artistas involucrados en su construcción.
Este palacio es una joya del plateresco español y representa un importante legado histórico y arquitectónico. Su ubicación en la Plaza Mayor de Peñaranda le confiere un encanto especial y lo convierte en un destino imprescindible para los amantes de la historia y la belleza arquitectónica.
La Excolegiata de Santa Ana: Una Joya Arquitectónica en la Plaza Mayor
Presidiendo la Plaza Mayor, se alza majestuosa la fachada principal de la Excolegiata de Santa Ana, que en su momento fue una Colegiata Abacial gracias a la Bula Pontificia concedida por Paulo V en 1605. La construcción de este impresionante edificio fue financiada por doña María Enríquez de Cárdenas, viuda de Francisco de Zúñiga, y su hijo, y se llevó a cabo desde 1540 hasta principios del siglo XVII. Su diseño, con líneas audaces, se atribuye a los arquitectos Rodrigo Gil de Hontañón y Pedro de Resines, y destaca por el contraste entre su gran altura y sus elementos sustentantes delicados.
La portada, en un estilo barroco clasicista de tipo columnario, fue diseñada por fray Pedro Martínez, y se asemeja a un retablo, con nichos y varias imágenes de santos. En la parte superior, se encuentra la imagen de Santa Ana, la santa patrona de la parroquia, y los escudos de los Zúñiga y Avellaneda.
El acceso a la colegiata está precedido por una escalinata con ocho columnas de mármol de estilo renacentista, traídas desde Nápoles por el Sexto Conde de Miranda, Juan de Zúñiga, quien también fue rey de Nápoles. En la fachada se encuentran tres bustos de emperadores romanos. En el interior, destaca el retablo neoclásico diseñado por Ventura Rodríguez en 1783, que preside el altar mayor.
En el interior de la Excolegiata de Santa Ana, se pueden apreciar varios elementos de interés. Entre ellos se encuentra un altorrelieve dedicado a la patrona Santa Ana, realizado por Alfonso Giraldo Bergaz y enmarcado por cuatro columnas con los escudos de los fundadores en sus basamentos. También se pueden admirar un Cristo yacente articulado del siglo XVII y una hermosa talla del Nazareno de principios de esa misma centuria. Además, en este templo se conserva una curiosa colección de reliquias, dispuestas en retablos neoclásicos, que fueron traídas de Italia por los condes durante su paso por ese país.
La Excolegiata de Santa Ana es un tesoro arquitectónico y artístico que merece ser visitado. Su imponente presencia en la Plaza Mayor y sus valiosos elementos decorativos, como la portada, la escalinata y el retablo, hacen de este lugar un destino obligado para aquellos que aprecian la belleza y la historia.
El Castillo de Peñaranda de Duero
Enclavado en la pintoresca localidad de Peñaranda de Duero, el Castillo de Peñaranda se alza majestuosamente sobre la ciudad, dominando su paisaje urbano. Aunque sus primeras estructuras defensivas podrían remontarse a los albores de la repoblación de la zona, la mayor parte de lo que vemos hoy en día se debe al Primer Conde de Miranda, quien lo reconstruyó entre mediados y finales del siglo XV.
El castillo comparte similitudes con otras fortalezas de la región ribereña, como los castillos de Peñafiel y Gormaz, al aprovechar su ventajosa ubicación entre una montaña y un río, una estrategia defensiva observada en Burgos, Frías y Castrojeriz. Su planta alargada y adaptada al terreno rocoso sobre el que se asienta, conocido como la Peña de Aranda, ocupa aproximadamente la mitad occidental de esta formación geográfica. La entrada principal se encuentra en el este y está separada del resto del castillo por un foso excavado en la roca viva.
Se cree que el lugar original del castillo podría haber estado cerca de la entrada actual, ya que junto a las torres que protegen la entrada, se encuentra una estructura más pequeña y sólida adosada al sur, cuya función no está del todo clara. Antiguamente, el foso se cruzaba con un puente levadizo y se ingresaba al interior a través de una pequeña puerta con arco ojival.
Dentro del conjunto fortificado, destaca la torre del homenaje, sólida y central, construida a finales del siglo XV. Esta torre cuenta con una planta baja y tres pisos. En la actualidad, se accede a través de un arco ojival en el primer piso, al cual se llega mediante una escalera metálica recientemente instalada. La mayoría de los muros son ciegos, con excepción del que mira hacia Peñaranda, donde se encuentra un ajimez en el primer piso, dos en el segundo y un pequeño vano en el tercer piso. La torre se corona con almenas. Su solidez, proporciones y gracia la convierten en una de las torres más equilibradas y esbeltas de la provincia de Burgos. La construcción utiliza principalmente mampostería, a excepción de las esquinas y la parte superior de la torre, que están hechas de buena sillería.
En el siglo XVII, el castillo probablemente estaba abandonado y prácticamente en desuso. El conde de Miranda, propietario del castillo en ese momento, optó por utilizar su palacio en la villa como depósito de armamento. A pesar de este posible abandono, la monumentalidad y calidad de su construcción permitieron que llegara al siglo XX en un estado lo suficientemente bueno como para ser considerado uno de los castillos más impresionantes de la provincia de Burgos, lo que llevó a su declaración como monumento histórico-artístico en 1931.
Hoy en día, el interior de la torre del homenaje alberga el Centro de Interpretación de los Castillos, desde donde se puede apreciar la configuración histórica de Peñaranda y su relación con aspectos sociopolíticos. Además, este espacio ofrece vistas panorámicas de otras fortificaciones cercanas a la ciudad.
Si deseas visitar este emblemático castillo, ten en cuenta que el acceso al patio de armas está abierto todo el año, y durante el mes de septiembre, el Centro de Interpretación de los Castillos tiene horarios específicos para los visitantes. Los precios de las entradas varían, pero hay tarifas especiales para niños, grupos escolares y grupos grandes con reserva previa. No te pierdas la oportunidad de explorar este tesoro histórico y arquitectónico en Peñaranda de Duero.
Descubre el Encanto del Monasterio de las Madres Franciscanas Concepcionistas
En el corazón de nuestra localidad se alza el Monasterio de las Madres Franciscanas Concepcionistas, un lugar de profunda historia y belleza arquitectónica. Su construcción comenzó en el año 1528 gracias al apoyo financiero de los Condes de Miranda, y desde entonces, ha sido el hogar de la Comunidad de las Madres Franciscanas Concepcionistas.
Este monasterio es un testamento vivo de la devoción y la fe que ha perdurado a lo largo de los siglos. Su iglesia presenta un impresionante artesonado mudéjar en su techo, una característica arquitectónica que evoca la rica herencia cultural de la región.
Pero la belleza de este lugar no se limita a su iglesia. El monasterio también alberga un hermoso patio renacentista, un oasis de serenidad y armonía en medio de la bulliciosa vida urbana.
Desde su fundación bajo la guía de la primera Abadesa, Sor Ana de Zúñiga Avellaneda, el Monasterio de las Madres Franciscanas Concepcionistas ha sido un faro de espiritualidad y cultura en nuestra comunidad. Es un lugar donde la historia se entrelaza con la devoción, y donde la arquitectura se combina con la fe para crear una experiencia única.
Si alguna vez tienes la oportunidad de visitar esta localidad, te invitamos a descubrir el encanto y la historia que se esconden en el Monasterio de las Madres Franciscanas Concepcionistas. Sus puertas están abiertas para quienes deseen explorar su patrimonio y encontrar la paz en su atmósfera tranquila y espiritual.
El Rollo de Justicia de Peñaranda de Duero
El Rollo de Justicia de Peñaranda de Duero es un tesoro arquitectónico que destaca como uno de los mejores ejemplares en toda España, y su importancia se reconoció oficialmente en 1931 cuando fue declarado monumento histórico-artístico.
Lo que más impresiona de este rollo es su extraordinaria esbeltez y elegancia. Su diseño está adornado con detalles de decoración flamígera que añaden un toque de sofisticación. El rollo se alza majestuosamente sobre tres escalones ochavados, y su fuste presenta una forma que tiende hacia el cuadrado, rodeado por columnillas fasciculadas. Estas columnillas culminan con cuatro canes que representan cabezas de león, aunque lamentablemente, el paso del tiempo ha deteriorado considerablemente estos detalles, al igual que algunos capiteles decorativos de estilo vegetal.
La historia de este rollo es intrigante, ya que parece que su fuste fue elaborado en diferentes periodos o posiblemente se reutilizaron materiales de otras fuentes. Esto se evidencia por la mayor calidad artística del cuerpo superior en comparación con la parte inferior, que es mucho más tosca. En la parte superior, destacan los cuatro escudos de los Zúñiga, la familia noble que influyó significativamente en la historia de la región. Más arriba, se alza un entablamento cuadrado sostenido por figuras monstruosas, desde el cual se levanta un pináculo gótico coronado por una cruz de forja.
Como es común en otros rollos de este tipo, su uso histórico como picota de ejecución queda patente en la oquedad que se encuentra en el fuste, diseñada para sujetar la nuca de aquellos que eran condenados. También, en su estructura se pueden apreciar agujeros y cabezas de león que servían para enganchar argollas para colgar a los condenados.
Aunque no se ha podido establecer una fecha exacta para este rollo, su similitud con otros ejemplares sugiere que probablemente fue erigido a finales del siglo XV o a comienzos del siglo XVI. Inicialmente se encontraba en un cruce de caminos fuera de la villa, pero en 1959 fue trasladado a la Plaza Mayor, donde se erige majestuosamente frente a la Colegiata de Santa Ana, recordando un tiempo en que la justicia se administraba de manera imponente en la historia de Peñaranda de Duero.
La Farmacia en Funcionamiento Más Antigua de España
En el siglo XVIII, Lucas Ximeno dio vida a esta botica, y desde entonces, ocho generaciones de sus descendientes han continuado su legado a lo largo de los años. Este establecimiento farmacéutico es un verdadero tesoro histórico y cultural que ha resistido el paso del tiempo, y hoy en día sigue en funcionamiento como la farmacia más antigua de España.
La farmacia cuenta con varias dependencias, cada una con su propia historia y encanto. Hay una botica tradicional, una rebotica donde se preparaban fórmulas y medicamentos especiales, un laboratorio donde se llevaban a cabo experimentos y análisis, y un jardín de plantas medicinales que brinda un vistazo a las fuentes naturales de la medicina.
Desde el momento en que entras en la estancia principal, te sumerges en un ambiente de antaño. Aquí, se encuentra una magnífica colección de botes de farmacia que datan de los inicios del siglo XVIII, testigos silenciosos de la evolución de la farmacia a lo largo de los siglos.
Es importante tener en cuenta que las visitas a esta farmacia histórica están sujetas a la demanda de trabajo de la farmacéutica actual. Es esencial recordar que este es un establecimiento privado y la farmacia que sirve a la comunidad local. Como tal, está cerrada los sábados, domingos y días festivos.
Explorar esta farmacia es como dar un paso atrás en el tiempo y apreciar la tradición y la dedicación que han pasado de generación en generación. Es un recordatorio de la importancia de preservar nuestro patrimonio cultural y valorar las instituciones que han sido fundamentales en la atención médica a lo largo de la historia. Si tienes la oportunidad de visitar esta joya histórica, te sumergirás en una experiencia única que te conectará con el pasado de la medicina en España.
La Herrería: Un Legado de Tradición y Arte en Hierro
En la actualidad, la familia Cerezo es la orgullosa propietaria y gestora de la herrería que su abuelo, Santos Cerezo, estableció en la segunda mitad del siglo XIX. Este taller de herrería, que ha resistido el paso del tiempo y las transformaciones industriales, es un tesoro de la tradición castellana, donde el hierro cobra vida en una variedad de formas artísticas.
Adentrarse en esta antigua fragua es como dar un paso atrás en el tiempo. Aquí, se sigue forjando el hierro siguiendo los métodos tradicionales que han sido transmitidos de generación en generación en la región castellana. Cada pieza que sale de esta herrería es un testimonio de la artesanía y la destreza que se han mantenido vivas a lo largo de los años.
Uno de los tesoros más destacados de este taller es su colección de relojes antiguos, realizados en metal y madera, los cuales han sido restaurados con esmero y devueltos a su antigua gloria. Estos relojes son mucho más que simples instrumentos para medir el tiempo; son piezas de arte que cuentan historias y conectan el presente con el pasado.
La herrería de la familia Cerezo es un testimonio de la importancia de preservar las artes y las tradiciones que han dado forma a nuestra historia. Es un recordatorio de que, incluso en un mundo impulsado por la tecnología, el arte y la artesanía perduran como un reflejo de nuestra creatividad y nuestra conexión con nuestras raíces.
Si alguna vez tienes la oportunidad de visitar esta herrería, te encontrarás inmerso en un mundo donde el hierro cobra vida y donde el pasado y el presente se entrelazan en una danza de creatividad y tradición.
La Plaza Mayor: Un Paseo Pictórico por la Historia
Al ingresar a la Plaza Mayor a través del majestuoso Arco de la Plaza, te encuentras inmediatamente inmerso en un escenario que respira historia y belleza. Cada rincón de este lugar emblemático cuenta una historia fascinante y ofrece una vista espectacular de la arquitectura y la cultura de la región.
Al fondo de la plaza, la imponente imagen del Castillo se alza como un guardián silencioso de la historia de este lugar. A tu derecha, la Ex-Colegiata Abacial se erige con su esplendor arquitectónico, un tributo a la fe y la devoción que ha perdurado a lo largo de los siglos.
A la izquierda, la magnífica fachada plateresca del Palacio de Avellaneda se alza con gracia y elegancia, recordándonos una época de esplendor artístico. El Rollo Jurisdiccional, un símbolo de justicia y autoridad, se alza con majestuosidad en el centro de la plaza, recordándonos la importancia de la ley y el orden en la sociedad.
Los soportales de las antiguas edificaciones que rodean la plaza nos hablan de una época en la que el comercio y la vida social se desarrollaban en este espacio público. Las calles que se desprenden de la plaza nos invitan a explorar más allá y descubrir los secretos de esta encantadora localidad.
La Casa de la Villa, con su arquitectura distintiva, aguarda discretamente en un rincón de la plaza, mientras que una artística fuente añade un toque de frescura y vitalidad al ambiente.
Cada paso que das en la Plaza Mayor te lleva a un lugar nuevo, a una historia diferente, y a una apreciación más profunda de la riqueza cultural que este espacio encierra. Es un lugar donde el pasado se encuentra con el presente en una danza armoniosa, y donde la belleza arquitectónica se combina con la narrativa histórica para crear una experiencia verdaderamente inolvidable.
El Convento del Carmen: Un Legado Religioso del Siglo XVI
Situado más allá de los límites de la villa, el Convento del Carmen es un testimonio perdurable de la historia religiosa de la región. Este convento fue fundado en el siglo XVI por el Duque de Peñaranda, Don Juan de Zúñiga, y originalmente albergó a la Comunidad de Frailes Carmelitas Descalzos.
La fachada del convento es un monumento en sí misma, decorada con los escudos de armas de los Duques y una estatua esculpida en piedra de San José, el santo patrón de la iglesia. Estos detalles arquitectónicos reflejan la importancia de la fe en la comunidad y la generosidad de sus benefactores.
Al adentrarte en el interior del convento, te sumergirás en un mundo de devoción y arte. Los altares con sus retablos, de una calidad excepcional, son verdaderas obras maestras que inspiran reverencia y admiración. Además, podrás maravillarte con un friso decorado con azulejos talaveranos que datan del año 1755, una muestra del esplendor artístico de la época.
Es importante mencionar que, lamentablemente, la visita al interior del convento no está disponible en la actualidad. Sin embargo, la fachada y los detalles arquitectónicos exteriores ofrecen una visión memorable de este lugar de culto y devoción que ha perdurado a lo largo de los siglos.
Las Antiguas Murallas de Peñaranda de Duero: Un Testimonio de la Historia
Hoy en día, de las antiguas murallas que una vez rodearon la población de Peñaranda de Duero, persiste un vestigio notable conocido como la “Puerta de las Monjas”. Este portal histórico nos habla de una época en la que las murallas eran una parte fundamental de la vida y la defensa de la ciudad.
La “Puerta de las Monjas” es mucho más que una entrada a la ciudad. Es un portal que guarda secretos y relatos de tiempos pasados, cuando las murallas eran testigos de la vida cotidiana y las vicisitudes de la comunidad. Aunque las murallas en su totalidad ya no se alzan, este portal nos transporta a una época en la que la seguridad y la protección eran esenciales.
Explorar la “Puerta de las Monjas” es como abrir un libro de historia y sumergirse en el pasado de Peñaranda de Duero. Es una invitación a reflexionar sobre cómo la arquitectura puede contar la historia de una comunidad y su evolución a lo largo de los siglos. A pesar del paso del tiempo, este vestigio continúa siendo un recordatorio tangible de la importancia de preservar nuestro patrimonio cultural y valorar las estructuras que han sido fundamentales en la historia de nuestras ciudades.
Bodegas Subterráneas de Peñaranda de Duero: El Secreto en las Profundidades
El tejido histórico de Peñaranda de Duero está impregnado de secretos que solo pueden descubrirse al adentrarse en sus profundidades. Entre estos tesoros ocultos se encuentran las fascinantes bodegas subterráneas que se esconden debajo de la superficie del pueblo. Estas bodegas, intramuros y bajo las casas, son testimonios vivientes de la rica tradición vitivinícola de la región y la creatividad de sus habitantes para mantener su vino en perfectas condiciones.
El propósito original de estas bodegas subterráneas era evitar las vibraciones causadas por los carros que transitaban por las calles, lo que podría perturbar el proceso de fermentación del vino. Para lograrlo, se excavaron túneles que se extienden por el centro del pueblo, algunos de los cuales alcanzan profundidades de más de diez metros. Estas estructuras son verdaderas maravillas de la ingeniería arquitectónica, con bóvedas de cañón en piedra de sillería en la entrada para prevenir colapsos y arcos de medio punto que forman respiraderos o “zarcillos”.
Lo que distingue a las bodegas de Peñaranda son sus zarceras, pequeñas aperturas en la parte inferior de las fachadas de las casas que servían para disipar el gas venenoso que se producía durante la fermentación del mosto, evitando así olores desagradables en el exterior.
Estas bodegas subterráneas tienen una historia que se remonta al siglo XVI, cuando el vino se convirtió en un alimento esencial en la región. Se cree que los lagares eran propiedad del abad de la colegiata y los Condes de Miranda, quienes alquilaban estos espacios a los habitantes del pueblo.
Hoy en día, muchas de estas bodegas han sido abandonadas o utilizadas como espacios familiares para reuniones. Sin embargo, algunas se han conservado y están abiertas al público, ofreciendo una experiencia única para los visitantes interesados en sumergirse en la historia y la cultura de Peñaranda de Duero.
Una de las opciones de visita es la Bodega La Cárcel, que forma parte de la oferta turística de la ciudad. Para explorarla, es necesario ponerse en contacto con la oficina de turismo con anticipación. Se debe tener en cuenta que la accesibilidad puede ser un desafío para personas con movilidad reducida, ya que implica descender por escaleras estrechas. La entrada cuesta 5 euros e incluye una visita guiada desde la plaza hasta la bodega, una explicación detallada, degustación y un obsequio en forma de vaso de cerámica utilizado en la degustación.
El número máximo de visitantes puede variar según las normativas sanitarias vigentes en el momento de la visita.
En resumen, Peñaranda de Duero es una joya que despierta la curiosidad de los viajeros, una encrucijada donde el pasado y el presente se entrelazan en cada calle, en cada monumento y en cada bodega subterránea. La historia impregna sus muros, y la belleza arquitectónica se encuentra en cada esquina. Desde las murallas hasta las bodegas, desde las plazas hasta las iglesias, cada rincón de este lugar guarda un tesoro de la historia y la cultura que merece ser explorado.
Así que, si tienes la oportunidad de visitar esta maravillosa localidad, no dudes en hacerlo. Descubre sus secretos, saborea su vino, y déjate cautivar por la magia que emana de sus calles empedradas. Peñaranda de Duero te espera con los brazos abiertos para revelarte sus tesoros escondidos y su rica herencia histórica.
Esperamos que este viaje virtual te haya inspirado a explorar este destino único. ¡Hasta la próxima aventura!
